Madres que se olvidan de sí mismas

En el momento en que una mujer se plantea ser madre, visualiza todos esos momentos de ternura que la nueva persona que viene al mundo le va a brindar, así como también ella le quiere dar todo el amor que tiene para ofrecer, si es realista o tiene conocidas que ya son madres, puede hacerse a la idea de que la maternidad conlleva cansancio, responsabilidad, gestión del tiempo y el estrés… porque no nos olvidemos de que los niños demandan muchísima atención, si además trabajas, parece que hay que hacer malabarismos para llevar una vida equilibrada en todos los aspectos, es decir, hogar, trabajo, amistades, pareja, familia extensa, ocio.

Se vende por los medios publicitarios, y por esteretipos sociales, que una madre siempre está feliz, ha de ser perfecta, puede con todas las tareas, y todo ello hace que se encuentre con sentimientos enfrentados, por ejemplo: cuando una madre está triste porque la situación lo requiere puede pensar «debería ser feliz y estar contenta», cuando se enfada y pierde los nervios porque lleva semanas sin dormir adecuadamente puede sentir culpa por haber reaccionado mal, a veces se ve desbordada de tareas y le lleva al «Ya no puedo más». No nos olvidemos de que somos personas, y como tales, tenemos emociones, y no es malo sentirse triste , o enfadarse, lo importante, es darse cuenta, reaccionar, y gestionar adecuadamente las propias emociones.

Los hijos ocupan la mayor parte de nuestra atención, y nuestro tiempo, es importante verse en la función de madre, en lugar de exigirse la perfección, pedir ayuda cuando necesite realizar tareas y descargar la mochila que lleva. Aquí van una serie de situaciones habituales: que antes de ir a la peluquería, prefieras comprar esas zapatillas que le hacen falta a tus hijos, antes de salir a con tus amigas , se pone tu peque con fiebre y cancelas la cita en lugar de delegar, antes ibas al gimnasio pero ahora no te queda tiempo, y además con lo que te cuesta os vais la familia al cine a ver esa película que los niños quieren ver, quieres aprender a bailar, salir…. pero acabas postergando tus actividades, y anteponiendo la dedicación a tus hijos. Si te identificas con situaciones de este tipo ¿no te das cuenta de algo?, estás dejando tu ocio y tus motivaciones de lado. No existe ser buena o mala madre, existe un rol maternal, sin embargo, cuando todo tu tiempo es empleado en cumplir ese rol, además te exiges ser la mejor en ello, y te olvidas de disfrutar de otras actividades estás perdiendo identidad, motivación, oportunidades de ampliar tu red social, en definitiva no te dedicas a ti.

No hay un manual de instrucciones que diga cómo ser una madre estupenda, si que hay algo seguro, que si te proyectas con autoestima y seguridad, te cuidas, y fomentas tu bienestar, también tus hijos podrán aprenderlo.

Hoy en consulta una madre me ha dicho que sabe hacer de todo con sus hijos, salir con sus hijos, donde ir con ellos, qué hacer para que sus hijos se lo pasen bien, y cuando le he preguntado ¿Y a ti que te gusta hacer?¿Qué aficiones tienes? se ha dado cuenta de que no sabía qué le gustaba a ella, que ha dedicado toda su vida a satisfacer las necesidades de los demás olvidándose de sí misma, y ahora que sus hijos son mayoresno sabía disfrutar. A ella y muchas mamás les dedico este post.

Sal a cenar o comer, o lo que quieras con tus amigas sin remordimientos.

Darte algún capricho de vez en cuando no es nada malo, haces una labor importante.

Si quieres ir al gimnasio, no pienses en el tiempo y el dinero, es una inversión en tu salud.

Quiérete a ti misma, igual que quieres a tus hijos, también les dará ejemplo de una sana autoestima.