La empatía es una habilidad social, que como todas, se puede desarrollar y potenciar, todas las personas somos empáticas, sin embargo, no en el mismo grado.

La empatía es la capacidad de diferenciar entre nuestros sentimientos y los de los demás, saber ver el punto de vista de otros sin hacer juicios de valor, y poder regular las propias respuestas emocionales, también implica, ponerse en el lugar de la otra persona sin estar condicionado por nuestras propias experiencias, y sin vivenciar las emociones de los demás como si fueran propias, ponerse en el lugar de la otra persona sin que afecte a tu estado emocional.

La educación emocional durante la infancia, juega un papel primordial, ya que  los padres son los que cubren las necesidades afectivas de los hijos y son sus modelos de conducta, en cierto modo los padres son los maestro que enseñan a sus hijos a expresar sus sentimientos, y a reconocer y entender un sentimiento en otra persona.

Por todo lo anterior, es importante mantener una buena comunicación emocional en la familia desde la infancia, ya que la empatía se va adesarrollar mejor en personas quienes tienen sus necesidades emocionales cubiertas desde su niñez, saben reconocer las emociones de los demás, y expresar sus sentimientos de forma adecuada manteniendo una buena gestión de las emociones.

Al ser una habilidad, la empatía también se puede desarrollar ¿cómo lo puedes hacer?

Claves para desarrollar la empatía:

  • Observar las expresiones de la persona que está hablando, sus gestos, su mirada, la postura de su cuerpo ¿qué te sugiere, está triste, enfadado, es coherente su expresión corporal con lo que dice?, este ejercicio te ayudará a identificar y asociar las emociones con los gestos y expresiones.
  • Escucha las palabras, el significado de lo que la otra persona te está diciendo, sin juzgar ni opinar, sólo escuchar.
  • Reconoce, entiende, y expresa tus emociones, para saber si lo que percibimos en los demás es cierto o puede verse influido por nuestras propias emociones.
  • Deja a un lado los prejuicios y las opiniones, pueden obstaculizar la comunicación, las opiniones se basan en creencias que son propias, por lo tanto te pertenecen a ti y no a la otra persona.
  • Compadécete de ti mismo y de los demás, si te piden ayuda deja las críticas negativas, trata de ofrecer algo positivo.
  • Acepta y respeta las posturas diferentes a la tuya, si todos pensaramos igual, no existiría la diversidad.

Podemos trabajar contigo este tema de forma personal y atendiendo a tus necesidades específicas. Tu eres único.