Patricia vino a mi consulta hace unos meses, cuando recibí su llamada, casi no podía escuchar la voz temblorosa de la persona que estaba detrás del teléfono. Ella, decidió ponerse en contacto conmigo, porque llevaba un tiempo muy triste, se sentía sola, y no encontraba nada que le ilusionase. Recuerdo el día que entró a consulta, con la cabeza baja,